한국어 English 日本語 中文简体 Deutsch हिन्दी Tiếng Việt Português Русский Iniciar sesiónUnirse

Iniciar sesión

¡Bienvenidos!

Gracias por visitar la página web de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial.

Puede entrar para acceder al Área Exclusiva para Miembros de la página web.
Iniciar sesión
ID
Password

¿Olvidó su contraseña? / Unirse

P. Cada religión tiene sus propias restricciones para la comida. También he escuchado que hay algunas restricciones en la comida en el cristianismo. Sin embargo, las reglas de la comida varían de iglesia en iglesia. ¿Cuál de ellas es correcta? ¿Cuáles son los estándares de la comida en la Biblia?

R. Hay ciertas comidas que Dios prohibió a su pueblo. Estas reglas de la comida existieron desde la creación. Sin embargo, Dios no conservó las mismas reglas hasta los tiempos del Nuevo Testamento, sino que estableció diferentes reglas en cada época.

Muchas iglesias de hoy en día tienen sus propias reglas concernientes a la comida e insisten en guardarlas. La mayoría de ellas dicen que sus doctrinas de la comida están basadas en la Biblia, pero la razón de que insistan en esto es que malinterpretan los tiempos.

No importa qué tipo de restricciones para la comida haya existido antes, nosotros solo necesitamos seguir las enseñanzas de los apóstoles que fueron enseñados por Jesús. En los tiempos del Nuevo Testamento, Dios estableció ciertas reglas referentes a la comida a través de los apóstoles. En esta época, debemos seguir las leyes de la comida del Nuevo Testamento. Si hacemos esto, podemos decir que tenemos fe y obediencia completa.


Reglas de la comida desde el tiempo del huerto del Edén hasta el tiempo de Moisés



Dios estableció diferentes reglas de la comida en cada época: en el tiempo del huerto del Edén, después del diluvio en la época de Noé, y en el tiempo de Moisés.

1. En el huerto del Edén

Gn. 1:29 “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.”

En el huerto del Edén, Dios dio al hombre toda planta que da semilla y todo árbol en que hay fruto y que da semilla para comer. En ese tiempo, era la voluntad de Dios que los hombres comieran vegetales.

2. Después del diluvio de Noé

Gn. 9:3 “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.”

Después del diluvio, Dios dio a Noé y a sus descendientes todo animal para comer, entonces era la voluntad de Dios que ellos comieran carne. No hay necesidad de poner ninguna diferencia entre comer carne y comer vegetales. Si alguno insiste en comer solo vegetales y frutas incluso después del diluvio, no es un acto de obediencia a Dios.

3. En el tiempo de Moisés

En el tiempo de Moisés, Dios proclamó las palabras del pacto en el monte Sinaí, y asimismo instituyó las leyes específicas de la comida.

Lv. 11:1-3 “Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis.”

En los tiempos del Antiguo Testamento, los animales que rumian con pezuña hendida eran clasificados como limpios, y los demás animales eran considerados inmundos. Dios le permitió a su pueblo que comiera solo animales limpios.

Antes del tiempo de Moisés, el pueblo de Dios podía comer cualquier animal; pero en los tiempos de Moisés se les prohibió comer animales inmundos. Aunque era difícil e incómodo dividir la comida, era la voluntad de Dios en ese tiempo comer solo animales limpios, y no animales inmundos.

Dios permitió a los israelitas comer solo animales limpios porque los había escogido como su pueblo santo y los había distinguido de las demás naciones. En otras palabras, Dios dio a su pueblo las leyes de la comida para separarlos de los gentiles. En los tiempos del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios tenía que seguir estrictamente las reglas de la comida.


La ley de la comida en los tiempos del Nuevo Testamento



Hace dos mil años, Cristo vino a esta tierra en forma humana y se sacrificó en la cruz para salvar a la humanidad. En otras palabras, la época de gracia llegó cuando la salvación de Dios fue ofrecida no solo a los judíos sino también a los gentiles.

Ya que Cristo limpió todos los alimentos prohibidos del Antiguo Testamento y estableció una nueva ley de la comida, desaparecieron las barreras entre judíos y gentiles, generadas por las leyes de la comida (Hch. 10:9-48).

Hch. 15:28-29 “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.”

Lo mencionado anteriormente es la ley de la comida, que fue hecha en presencia del Espíritu Santo en la gran asamblea de Jerusalén realizada en la época apostólica. Esta es la ley de la comida que debemos seguir los que vivimos en los tiempos del Nuevo Testamento. No tenemos que hacer distinción entre los animales limpios y los inmundos, pero necesitamos abstenernos de las comidas sacrificadas a los ídolos, de sangre y de ahogado.

Ya que esto se determinó en presencia del Espíritu Santo, ¿quién puede cambiarlo? Aunque es difícil cambiar las costumbres y tradiciones que han sido observadas durante mucho tiempo, si Dios nos ha dado nuevas reglas en esta época, debemos seguirlas completamente. Por esa razón, cada vez que el apóstol Pablo escribía a las iglesias, mencionaba el asunto de la comida e incluso que aquellos que obedecían la ley del Antiguo Testamento serían desligados de Cristo.

Gá. 5:4 “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.”

Hch. 21:25 “Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.”


Acerca de la comida sacrificada a ídolos


En esta época, somos bendecidos cuando obedecemos la ley de la comida absteniéndonos de sangre, de ahogado y de lo sacrificado a ídolos, según lo dicho por el Espíritu Santo. “La comida sacrificada a ídolos” es comida usada para adorar a otros dioses. La Biblia pone especial énfasis en abstenernos de la comida sacrificada a ídolos.

1 Co. 10:14-21 “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.”


Muchas personas que creen en Dios saben que no deben adorar ídolos. Comer comida sacrificada a ídolos es participar en el altar de los demonios y es idolatría.

Los que participan del pan y el vino de la Pascua, que representan el cuerpo y la sangre de Cristo, son distinguidos como hijos de Dios que se han hecho un solo cuerpo con Dios. Como hijos del Dios santo, si comemos comida sacrificada a los ídolos, nos contaminamos y no podemos evitar alejarnos de Dios.

1 Co. 8:4-7 “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. […] Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.”

Dios derramó su sangre en la cruz para darnos la salvación. Él dio a su pueblo leyes en cada época; y también en esta época ha instituido la ley de la comida para nuestra salvación, conteniendo en ella su amor por nosotros.


Siguiendo las palabras de Dios en cada época, con absoluta obediencia


Ya que Dios nos ha dado las reglas de la comida en esta época, no necesitamos seguir las restricciones de la comida que fueron dadas en épocas pasadas. Insistir en las cosas pasadas y violar los mandamientos dados en esta época sería seguir las enseñanzas de los demonios.

1 Ti. 4:1-3 “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.”

Ahora de lo único que debemos abstenernos es de comer estas tres cosas: comida sacrificada a ídolos, de sangre y de ahogado, según las palabras de Dios dadas en los tiempos del Nuevo Testamento. No hay necesidad de crear doctrinas como el vegetarianismo o la dieta carnívora; solo necesitamos comer alimentos según nuestra constitución física.

Si alguno insiste en el vegetarianismo porque Adán y Eva fueron vegetarianos en el huerto del Edén, ¿también diría que debemos asistir a los cultos sin ropa porque ellos estaban desnudos en el Edén? Además, plantear las leyes de la comida de la época de Moisés no es diferente de seguir la lógica de que debemos ofrecer la sangre de animales sacrificados según la manera del sacrificio del Antiguo Testamento.

Para la misma comida hay un tiempo en que Dios nos permite comerla y un tiempo en que nos prohíbe comerla. Cuando Dios nos dice que comamos algo, debemos comerlo, y cuando nos dice que no comamos alguna comida, no debemos comerla. Hacer esto es la obediencia.

Vivir según la voluntad de Dios es el camino correcto y el camino a la salvación en todas las épocas. Comprendiendo el amor de Dios contenido en sus palabras dadas en esta época, obedezcámoslas completamente sin añadir ninguna de nuestras opiniones o teorías ni quitar de ellas.